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De bromas y errores inesperados

Anécdotas inocentes en Consultoría

El 28 de diciembre, Día de los Inocentes, es una fecha que muchos aprovechan para hacer bromas y jugar con la imaginación, pero el resto del año podemos asegurar que también da para mucho. ¡En una empresa como Nextwind no tenemos un día igual que otro!

La variedad de sectores en los que nos formamos, los diferentes proyectos que preparamos y gestionamos, junto a los perfiles, muy diversos, de los clientes con los que tratamos a diario, hacen que el trabajo en la oficina sea único cada día. 

Una misma jornada puede comenzar con la redacción de una propuesta puntera en el campo del sector agroalimentario, continuar con la tramitación y elaboración de presupuestos para una concurrencia competitiva para la implantación de energías renovables y terminar con la presentación de una cuenta justificativa para el Ministerio de Cultura.

Pero, ¿sabías que, en el mundo de la consultoría, a veces también ocurren situaciones tan sorprendentes como las mejores inocentadas? En medio de todo ese revuelo, que es nuestro día a día, nos hemos encontrado situaciones de toda índole, unas más extrañas y divertidas, otras que parecen recién salidas de una auténtica novela de misterio. 

Algunas anécdotas inocentes

Hoy queremos compartir algunas anécdotas que podrían parecer “inocentadas” o errores graciosos, pero, en realidad, son solo una muestra de lo importante que puede llegar a ser contar con un equipo de expertos para asegurar la correcta gestión y seguimiento de los proyectos financiados. No se nos ocurre mejor momento para ello que hoy 28 de Diciembre. ¡Allá vamos!

1- El extraño caso del día sin fin

Una de las anécdotas más llamativas en la elaboración de propuestas surge cuando en el campo de la fecha de emisión de un presupuesto o factura de un proveedor, ¡se pone simplemente «hoy»! Ese “hoy” no será igual para el emisor del documento que para el técnico encargado de la revisión de la cuenta justificativa. 

Los detalles son clave y sabemos que una simple fecha puede determinar la validez de un documento y la subvencionabilidad del gasto. Así que, por favor, ¡no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, pero por favor dime qué día es hoy! 

2El silencio de las carpetas

En una de nuestras revisiones de documentación para la justificación de un proyecto, nos encontramos con un escenario que bien podría haber sido sacado de una película de intriga. Habíamos solicitado al cliente que recabara la documentación justificativa ordenada en carpetas claras, separadas por cada una de las partidas presupuestarias: materiales, personal, gastos generales… 

Recibimos el archivo, y al principio, todo parecía ir bien: primeras carpetas perfectamente tituladas, documentación incompleta pero bien encaminada, hasta que de repente ¡apareció la gran carpeta extra que alguien había decidido nombrar “Para ver”! Al abrirla, nos encontramos con decenas de documentos, de diferentes formatos, sin ningún orden aparente, sin explicación sobre su relevancia o su origen, algunos incluso con apuntes ilegibles en los márgenes. 

En esa ocasión, solo faltó una subcarpeta que indicara “!Sorpresa!”. El misterio de la carpeta “Para ver” permaneció varios días entre el equipo. Estuvimos descifrando cada documento para solventar lo no dicho, porque ya se sabe que “el que calla, otorga”. 

3- El presupuesto hambriento

En alguna ocasión, algún cliente ha incorporado al expediente facturas o tickets con conceptos que podemos definir como “poco o nada” subvencionables. Entre los ganadores, no podemos dejar de nombrar: “paquetes de patatas” o “caja de galletas”. 

No dudamos de que estuvieran ricas y de la necesidad de tomarlas en un descanso, pero no es exactamente lo que se espera a la hora de justificar el gasto de un proyecto innovador. 

Aunque es un pequeño error puntual, hay que mirar bien cada documento que se aporta a los órganos gestores, no vaya a ser que finalmente lo único que nos comamos sea un marrón.

4- El misterio de la dirección perdida

Asesorando a un cliente para la solicitud de ofertas de un proceso de contratación, un contratista presentó una proforma para la partida de obra civil, pero la dirección de dicho presupuesto no era su sede social, correspondía a una nave ajena, ¡y ni siquiera coincidían en código postal! 

El contratista se excusó alegando que «con las prisas” se había incluido la dirección de uno de sus proveedores en vez de la suya propia. 
¡Cuidado con la ubicación de los gastos! Siempre debemos asegurar que las inversiones materiales y servicios estén directamente relacionados con el proyecto y su beneficiario, y que la documentación refleje la realidad de la ejecución. 

Hay que prestar mucha atención a todos los detalles porque ¡el que la hace, la paga!, ¡o más bien, “no cobra”!

Y tú, ¿también has vivido alguna inocentada, aunque no fuera 28 de diciembre? Esperamos que estas al menos, hayan servido para sacar unas risas en esas temporadas más frenéticas, como nos ha pasado en la oficina. 

Ahora sí, si lees esto el 28 de diciembre, ¡Feliz Día de los Inocentes!